Apariencia

Te crees que no eres más de lo que mereces ser, piensas que puedes aparentar ser quien desearías ser. Te esfuerzas en agradar, en complacer, en gustar pero te olvidas de lo que es amar. Tienes miedo de no saber esconderte, tienes miedo a que te encuentren y desmonten una vida que poco a poco has tejido sin apenas advertirlo. Eres débil pero aparentemente invencible.

A pesar de no saberlo, no quieres ni entenderlo. Prefieres no cuestionarte porque seria cuestionar tu persona y eso heriría tu orgullo. Es cierto, eres distinto, implacable, desconcertantemente imprevisible. Eres tú sin serlo. Así te gustas y así me gustas. Es difícil poder comprender algo que parce tan obvio y tan extremadamente delicado. Me odiarás por no decirte esto a la cara pero te tengo miedo. Tengo miedo a tus reproches, a tus palabras a veces envenenadas, tengo miedo a poder perderte pero siento que cada vez es más difícil retenerte. Quizás todo lo que nos unía se muere poco a poco. Mis delirios y mis ganas de verte se suman poco a poco a una decadencia anunciada y casi premeditada.

Y es que aun no alcanzo a entenderlo todo. Si tanto dices que te estorbo, ¿por qué sigues atendiendo a mis llamadas? ¿Pretendes incitarme a que sea yo quien acabe con todo, pretendes que sea yo la culpable de este error? Lo siento, te equivocas. Ni error ni fin pasan por mi mente ahora. Solo quiero aprender a luchar contigo, pienso que esto merece la pena, como mínimo, eso parecía. Solo quiero saber algo: ¿estás tú también dispuesto a luchar? Porque si eres incapaz de responderme dejaré de inventar excusas para acallar tu silencio ficticio, dejaré de inventar temas que ni me interesan y dejaré gastar mis horas con alguien que sepa merecer lo que he estado regalándote.